sábado, 20 de octubre de 2007

En cariñoso recuerdo de Raúl para ENRIQUE BUHOLZER SCHRAUB (1917-1969)

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Mi tío ENRIQUE BUHOLZER SCHRAUB fue el octavo hijo de mi abuela Rosa Schraub. Rosa fue cofundadora de la ciudad de Temuco. Ella y su esposo le pidieron a Theodoro que se quede un tiempo viviendo con ellos para hacer los planos de la extensión de la naciente ciudad de Temuco. Mi abuela trajo a Temuco a un amigo de mi abuelo Alberto, destacado dibujante, ingeniero y agrimensor, Theodoro Schmidt y él vivió en su casa haciendo planos de Temuco durante un par de años para que planificara la extensión de la creciente ciudad de Temuco.

Mi tío ENRIQUE fue ayudante de mi padre Alberto en uno de sus negocios, en Los Laureles, posteriormente fue constructor e instalador de panaderías, en Temuco y los alrededores. Después fue dueño de un emporio de abastecimiento en una esquina en la calle Matta, en los alrededores de las casas de mi abuela.

Fue el padre de su hermosa hija Luz Ivonne. Ella fue una de mis primeras parientes colegas, es decir, es una profesora abnegada, que ha trabajado en varios colegios fiscales. Comenzó a trabajar estoicamente en la Escuela Pública de Choroico.

Fue un destacado dirigente de la Primera Compañía de Bomberos de Temuco. Fue un bombero por excelencia. Cuando se desató una catástrofe de incendio en pleno centro de Temuco y se temía que se quemara gran parte de Temuco. Esto se evitó gracias a la abnegación de un par de bomberos. Uno de ellos murió y el otro fue sacado de debajo de los escombros en estado de coma. Mi tío ENRIQUE quedó en estado de coma, pero como aún estaba vivo y no se podía operar de otras quebraduras esto causó una gran conmoción en todo Chile.

El médico neurocirujano, doctor Alfonso Asenjo era Director del Instituto de Neurocirugía del Hospital El Salvador de Santiago, formado en La Escuela de Tönnis en Colonia, Alemania. Él como apóstol de la Medicina dejó sus funciones trasladándose de inmediato a Temuco y logró destruirle un coágulo cerebral a mi tío ENRIQUE, sin necesidad de romper el cráneo, por medio de pinzas introducidas por la nariz. En el acto reaccionó mi tío, apareció su conciencia y el doctor Asenjo pasó con esta operación a los anales internacionales de la medicina. Curado de este trauma mi tío pudo ser operado de los huesos que tenía fracturados.

Algún tiempo después la Cámara de Diputados le otorgó a mi tío ENRIQUE una Ayuda de Gracia consistente en un sueldo. Mi tío argumentó a la comisión designada por la Cámara, enviada a Temuco, que él seguía con capacidad para continuar trabajando y les pidió que se traspasara ese dinero que le correspondía a él, a la viuda de ese compañero bombero fallecido en ese mismo incendio.

Después de este accidente mi tío ENRIQUE vivió en mi casa de Lican-Ray, a orillas del Lago Calafquén. Allí fue conocido por su infinita BONDAD para ayudar a solucionar los problemas a los demás. Para él era igual el dueño de una gran empresa como el pequeño parcelero. Como los parceleros no tenían medios para llevar sus compras a sus parcelas, mi tío los asistía con un carretón o con sus dos caballos llevándolos a sus respectivos hogares. Nunca les recibió a los parceleros pago alguno.

Era un perfecto ser humano desprendido de sí mismo para ayudar a los demás con menos medios que él. El 100% de su vida fue para servir a la comunidad de la naciente ciudad de Lican-Ray.

Cuando falleció, yo encabecé el desfile al Cementerio Antiguo de Temuco, de calle Balmaceda. Me encontré con la sorpresa de que se me pidió que aceptara hacer con su féretro un recorrido especial. En todo ese recorrido por el centro de Temuco, el comercio cerró sus puertas y sus empleados acompañaron al héroe ENRIQUE BUHOLZER al Cementerio. Eran miles los acompañantes integrantes de este cortejo fúnebre, de muchas cuadras. Temuco le rindió un merecido homenaje.

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