miércoles, 10 de octubre de 2007

"El secreto de mi tía Marichen y Los dos Pablos, clones ideológicos"

Historia reporteada por Cecilia Doggenweiler a la mina histórica de los interminables recuerdos de Raúl Buholzer.

Este es un episodio que muestra las costumbres que tenían los colonos suizos y alemanes cuando recién llegaron a fundar algunas ciudades en el Sur de Chile. Me pareció interesante la tragedia de Marichen, solidarizo con ella en el día de hoy y por eso he reporteado esta situación con mucho entusiasmo. Hoy domingo 26 de noviembre de 2006, empezó Raúl a contarme otra parte de lo que le sucedió a su familia hace casi 100 años atrás.

“Mi tía María Buholzer Schraub, hija de Alberto Buholzer y de Rosa Schraub, era una hermosa hija de mi abuelo Alberto. Casi siempre era elegida como reina para animar los festivales a los que asistía. Ella tenía fama por ser una mujer muy simpática, hermosísima, rubia, alta con 1,70 m de estatura, delgada, hermoso cuerpo, atlética, ojos azules. Había terminado sus estudios secundarios brillantemente. Como premio a sus excelentes notas sus tías suizas le enviaron un hermoso regalo, el pasaje y los pagos de sus estudios en una universidad suiza. Entonces Marichen a los 17 años tenía a su disposición, cuando ella lo deseara, un pasaje en primera clase en un trasatlántico para viajar de Valparaíso a Europa. Además disponía de la parte que le correspondía en la enorme fortuna que le habían enviado de Suiza a los seis herederos directos por el fallecimiento de su padre Alberto Buholzer Hochstrasse. Su padre, entre otras cosas, había sido propietario de una fábrica de sedas en Suiza, con esto logró hacerse de una gran riqueza en Europa. Con todos estos interesantes atributos los pretendientes de Marichen llegaban continuamente rodeando a su madre Rosa recién enviudada y en algunos casos hasta con regalos inesperados. Entre los pretendientes apareció un turista español recién llegado y con mucha labia, llamado Luis Picasso quien le pidió la mano, y le ofreció pasar la luna de miel en España y luego visitar a sus familiares en Suiza, ya que era conocido en casi todo Temuco que ella tenía un pasaje de lujo para viajar a Europa. El otro interés seguramente de Luis Picasso era que mi abuela figuraba como propietaria prácticamente de todos los terrenos de los alrededores de lo recién edificado de la naciente ciudad de Temuco. Antes de fundarse Temuco mi abuelo había comprado, al gobierno chileno, con dólares suizos el valle completo de lo que ahora es Temuco y sus límites, es decir el Cerro Ñielol y el Cerro de Padre las Casas”.
“Mi querida abuela, cuyo nombre completo era, Rosa Schraub de Buholzer, me contó muchísimas cosas interesantes de la familia, algunas muy trágicas y otras jocosas y curiosas como la que estoy contando ahora. Según mi abuela, Luis Picasso era para ella un candidato a ser un excelente yerno, ya que le gustaba mucho conversar y a ella le tocaba temas interesantes de Europa. Tenía además el atractivo de venir llegando como turista de España. Esto era muy bienvenido de parte de mi abuela, porque ella tenía deseos locos de volver a Europa. Que Luis Picasso tuviese intereses económicos con el proyecto del casamiento de mi tía Marichen para mi abuela esto eran solo pelos de la cola, esto no era relevante para ella. Mi abuela creía en su ingenuidad que, para Marichen, Luis era un buen partido. Él le serviría de compañía para trasladarse a Europa acompañada, ya que ella disponía de este pasaje que enviaron de Suiza sus tías. Sus tías tenían mucha fortuna y estaban locas porque mi tía Marichen se quedara a vivir con ellas en Europa y estudiara una profesión, tal como lo había hecho antes su hermano mayor Ricardo, quien estudió ingeniería en Suiza e hizo prácticas en Francia, siendo discípulo de Eiffel”.
“De repente el novio Luis Picasso apuró sospechosamente la fecha del matrimonio, de tal manera que planteó efectuarlo en solo unas semanas después de conocer a mi tía, lo que no era usual en esa época. Todo este tipo de trámites se hacía, como era otra de las costumbres de esos años, sin preguntarle absolutamente nada a la novia. En este caso resolvieron la fecha solamente su madre que recién había enviudado y el novio. En esos años, en la mayor parte de las familias era muy normal que las novias no tenían derecho a entrometerse en este tipo de formalidades”.
“Sus hermanos tenían desconfianza de este turista español recién aparecido. Por averiguaciones de Edmundo, hermano de Marichen, que viajaba continuamente a Santiago se concluyó que seguramente Luis Picasso no era un español prófugo de la policía española. Al parecer, según el Consulado Español en Santiago, su familia en España estaba compuesta por personas de buen nivel cultural”.
“La tía Marichen tenía su secreto, que pololeaba desde hacía varios meses con su primo José Buholzer (1908-1030). Su primo José era casi de su misma edad. Como Marichen tenía sólo 17 años no podía decidir el casarse con su primo, ni mucho menos se atrevía a contárselo a su madre, ya que era muy mal visto el casarse con parientes consanguíneos. Se fijó la hora del casamiento por la iglesia de Marichen y Luis en la mañana y en la tarde por el Registro Civil. Cuando se iba a efectuar el casamiento por el Civil, su primo José que asistía a la ceremonia salió violentamente del grupo familiar y estando ella con el novio frente al Civil la tomó del brazo y le dijo, tú con quien quieres casarte es conmigo y no con este español que apenas lo conoces. Acto seguido se la raptó con vestido de novia y todo. Se fueron a otra ciudad, donde la familia de él tenía una propiedad en el campo. Poco más de un año después (1926) se formalizó el matrimonio de la tía Marichen con su primo José. De esta unión nacieron dos hijos, Oscar (1927-1948) y Hernán (1930-1990), ambos con sus apellidos repetidos Buholzer Buholzer. Tres años después de su matrimonio falleció accidentalmente mi tío José siendo muy joven, por lo que la tía Marichen quedó viuda muy jovencita. Se fue a vivir a Temuco en una de las casas de la sucesión y que colindaba con la casa de mi abuela. Con todos estos asuntos y por tener que cuidar y educar a sus dos hijos, mi tía, se juramentó no volverse a casar jamás, aunque yo y otras personas la animábamos siempre a que lo volviera a hacer”.
“Mi tía Marichen me tenía una estimación muy especial, porque yo era el sobrino que vivía más cerca de su madre Rosa, o sea mi abuela. Mi tía era casi como mi segunda madre. Después de vivir varios años en Temuco se trasladó a Santiago. Tengo unos lindos recuerdos de ella, entre otros, cuando me fue a visitar con su nieta Rosi un verano durante un mes a mi casa de veraneo en Licán-Ray, a orillas del lago Calafquén. Hizo otro viaje especial desde la capital a Temuco para planificar conmigo mi viaje, tantas veces postergado, para venir a Alemania, al igual que el plan de la posibilidad de viajar que ella misma tenía desde el término de sus estudios. En esa oportunidad me pidió que yo fuera a visitar a nuestros familiares de Suiza y me afirmó además que ella vendría también a visitarlos sin falta unos pocos meses después. Desgraciadamente los inexorables años llegan a veces a perturbar muy buenos proyectos”.
“Luis Picasso se casó posteriormente y tuvo un par de hijos que se hicieron amigos míos, ya que su padre se encargaba sistemáticamente de buscarme para que yo jugara con sus hijos en su casa, un palacete con piscina; casualmente ubicado en las cercanías de donde vivía mi madre. Me di cuenta posteriormente que él seguía años después todavía recordándose de mi tía Marichen, de una manera inexplicable para mí. En cuanto le era posible me preguntaba todo tipo de detalles de la vida de ella. Más de una vez le conté a mi tía Marichen que el español me preguntaba por ella y comprendí que este hecho a ella le desagradaba muchísimo. Aún cuando el español me volvía a preguntar por ella no volví a tocar este tema con mi tía ”.
“Todo Temuco conoció a Luis Picasso por ser un comerciante muy parlanchín. Neruda también seguramente lo conoció como todo temuquense, pero nunca le oí decir algo sobre su amistad o no amistad con él, sin embargo sobre el pintor Pablo Picasso le oí contar con mucho cariño cosas agradables relacionadas con la amistad que los unía desde que él fue Cónsul de Chile en España. Para mí fue y sigue siendo un misterio, el saber si realmente Luis y Pablo Picasso tuvieron algún grado de parentesco”.
“Es conocido que las pinturas de Pablo Picasso son adquiridas en remate público por los más grandes Museos del mundo y son rematadas en millones de dólares. Neruda conservó siempre como un tesoro el hermoso cuadro pintado y regalado por su amigo Pablo Picasso”.

Nota de Cecilia: Los tocayos Pablo Picasso y Pablo Neruda eran filosóficamente como hermanos gemelos y una especie de clones ideológicos. La persecución en Chile de que fue objeto el poeta y senador Pablo Neruda fue una noticia muy lamentable para los intelectuales españoles, pero especialmente lo fue para Pablo Picasso, éste promovió una reunión de los intelectuales españoles. Pablo Picasso dio allí en esa reunión un famoso discurso que fue su primera alusión en público, en el que contó la vida heroica de Neruda perseguido. Neruda era un personaje al que no se lo podía apresar, en todo Chile tenía miles de casas a su disposición donde ocultarse. Se fue a Temuco, desde allí atravesó la cordillera de los Andes y desde Argentina se vino a Europa. Cuando Neruda llegó a exiliarse a Europa y hacía sus trámites al respecto, describió así el comportamiento que tuvo su tocayo y hermano filosófico. “Entonces surgió Picasso tan grande de genio como de bondad. Estaba feliz como un niño, porque recientemente había pronunciado el primer discurso de su vida. El discurso había versado sobre mi poesía, sobre mi persecución, sobre mi ausencia. Ahora con ternura fraternal, el genial minotauro de la pintura moderna se preocupaba de mi situación en sus detalles más ínfimos. Hablaba con las autoridades; telefoneaba a medio mundo”.